Cuando integramos la música en nuestro proceso de aprendizaje, estamos permitiendo que nuestro cerebro asocie ritmos y melodías con nuevas estructuras lingüísticas. Escuchar y cantar canciones para aprender inglés activa diversas áreas del cerebro y facilita la memorización de vocabulario, la mejora de la pronunciación, y la comprensión de la entonación natural del idioma.